Desde el asiento de copiloto vemos el departamento y nos atrae un gran ventanal sucio en el que parpadea una luz fluorescente como disparos en mute.
Estamos ahora más cerca, la fachada fue alguna vez de falso mármol blanco, ahora es uno más de los dientes amarillentos del centro.
En el lobby: un vigilante mira con indiferencia un monitor diminuto. Primerísimo primer plano de sus gruesas gafas, vemos el reflejo de dos mujeres en un talkshow golpeándose.
Frente a una puerta descascarada. Cuadro negro, el sonido de llaves.
En el cuarto del fluorescente parpadeante: por primera vez vemos al oficial de espaldas a nosotros. No sabemos que mira alrededor con desprecio por la general sensación de desamparo de aquella sala; podemos, en cambio, ver el reflejo intermitente de la luz sobre su calva, la marca de sudor en su ajustada camisa de crema entero.
Primer plano del rostro del oficial, redonda y brillante de grasa, al acercarse a la puerta del dormitorio. 'Esteban, soy yo'. Surge la leyenda '1996'. Le vemos de cuerpo entero ahora, frente a la puerta, de perfil nos encontramos por primera vez con toda la prominencia de su panza envuelta en una camisa distinta -azul marino entero-, se abre la puerta y escuchamos '¿Cómo mierda entraste tu acá?' El oficial entra a la habitación.
En primer plano el oficial de espaldas, su camisa con una pronunciada campana de sudor, en segundo plano un joven escuálido de ojos saltones y serquillo engomado, sentado al borde de la cama, observándole incómodo. ' He usado tu llave, Esteban, dime, ¿cómo has entrado tú?' 'Un amigo me esperaba acá desde la mañana yo le...' 'Le habías dejado quedarse luego de pasar la noche ¿no es así?' Esteban se tira para atrás sonriendo, suspira. Primer plano de su rostro ' Eres un loco de mierda, Merino. Si pues, me lo tire'-descendemos por su cuerpo frágil y triste: la camiseta roja con fragmentos inconexos de mensajes positivos en ingles; el borde de su abdomen con dos o tres vellos; su buzo gris con manchas amarillas; sus pies descalzos, planos, de dedos anormalmente alargados-' ya se va quedando dos veces, me recibe después de la academia y nos ponemos a ver tele hasta la madrugada y después follamos hasta que sea hora de volver a la academia ... Bueh, de igual voy a necesitar que me devuelvas esa llave, se va el fin a Trujillo' ' ¿Has hablado con tu madre últimamente, Esteban?'- volvemos, su cuerpo no ha cambiado pero una vez en su rostro nos sorprende una expresión de terror- ' Le he dicho que has dejado de ir a la academia, va a dejar de enviarte dinero.' Volvemos al oficial de espaldas y a Esteban, recostado sobre la cama de manera que solo vemos sus pies hasta el instante en que salta de golpe y se abalanza sobre el oficial. Forcejean durante unos segundos, luego el oficial le estampa contra la puerta. Primer plano sus rostros, ambos están agitados, el oficial descansa su frente en la de él, se desliza de manera que su perfil esconde el rostro de Esteban que ha dejado de intentar zafarse, le dice al oído ' No te preocupes sobrinito, yo me voy a ocupar de ti, pero tienes que comportarte...
Estamos frente a la puerta descascarada. El oficial sale, por un instante escuchamos a Esteban que le maldice con alaridos llorosos, luego cierra la puerta detrás de sí y desciende, le seguimos durante el primer tramo de escalones pero le dejamos en el primer descanso, por un rato escuchamos aun el rechinar de su mano contra la baranda. Aparece la leyenda ‘2006’ escuchamos carcajadas y luego quejas lujuriosas, de repente aparecen entrelazados los cuerpos de Esteban y Laura. Le ha levantado contra la pared, pero a Laura le ha dado frío el metal de la baranda en el culo y ha saltado como una loca, casi se han desplomado ambos escalera abajo, pero él les ha contenido, la tiene de la cintura en el aire y no le suelta. Sube las escaleras y le seguimos, su cuerpo ha cambiado: lleva un bibidí negro que delinea una espalda ancha, sus hombros, a los que se aferra Laura, se han abultado, al igual que sus piernas que avanzan firmes hacia una puerta cotidianamente barnizada. Con Laura sobre un hombro pataleando entretenida, Esteban tantea en la oscuridad por el cerrojo, finalmente lo encuentra, los amantes pasan pero no les seguimos, la puerta se cierra detrás de ellos. La baranda rechina, el oficial aparece en su camiseta crema, reconocemos la calva y las extremidades fofas, de sus movimientos da la impresión que ha perdido algo de vitalidad, sin embargo encuentra el cerrojo sin problemas.
Cuadro negro ‘Esteban, soy yo’ se abre una puerta. Pan right, El oficial: aun agitado de las escaleras; la pared entre la sala tibiamente iluminada y el cuarto; Esteban: aun agitado por los jugueteos de hace tan solo un instante; el cuarto que ha perdido el poster de Oasis por un espejo y un colgador donde esta su uniforme; Laura: aun más agitada ahora, desnudo entre el oficial sádico, su amante celoso y la pared. ‘¿Cómo has entrado aquí?’ volvemos ‘He usado la llave de Laura’ tan pronto alcanzamos la figura de Esteban este salta sobre el oficial y le tumba inmediatamente, Laura cierra la puerta del cuarto tras los hombres que se revuelcan en la sala. Nos quedamos con ella, escuchando detrás de la puerta, al sonido del forcejeo lo reemplaza un gemido de rabia antigua acompasado por golpes secos contra el parqué. El ruido se detiene, se abre la puerta de las escaleras. Y luego se abre esta puerta, sin embargo, Laura reacciona demasiado lento y Esteban ya le ha tomado por el brazo y los cabellos. Pan left, a través de la sala con Laura tratando de librarse, gritando de dolor y frustración, Esteban impasible le arrastra hasta la puerta del departamento y le lanza junto al cuerpo ensangrentado del oficial, cierra la puerta detrás de sí. ‘El desgraciado arregló esa bendita luz’
para Mario R. por joderme con que escriba esta historia
1 comentario:
mario r. es una puta barata, siempre me busca pa soplarme la vela, zauuuuuuuuuu
el negro tripode
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